Es bien sabido que el cine ha servido como fuente de inspiración a la hora de crear campañas de publicidad durante años. Es un recurso muy popular en el que se apoyan agencias y empresas para intentar contagiar a sus campañas de la fama de una película, casi siempre en clave de humor.
• Renault / La Historia Interminable
• El Corte Inglés / Sonrisas y Lágrimas
Aunque no siempre se consigue el efecto deseado, suele ser una fórmula de éxito basarse en la narración, ritmo y estética de una película ya conocida por el público. Clásicos del cine como Star Wars, King Kong o E.T. han sido imitados en publicidad obteniendo en general resultados positivos. Sin saber a ciencia cierta si estos anuncios provocaron mejoras en las ventas o no, si podemos decir que son anuncios de los que la gente habla y opina, lo que siempre es positivo para la imagen de una compañía. ¿A quién no le viene a la cabeza al leer esto el niño disfrazado de Darth Vader intentando usar la fuerza en un reciente spot de Volkswagen? Otros ejemplos menos actuales pero igual de exitosos son el del hombre corriendo al más puro estilo Forrest Gump de BMW, el de la niña de El Exorcista pegada al techo por la potencia de un aspirador marca Dirt Devil o el de Audi en el que un hombre se encuentra en su cama restos de su coche parodiando la mítica escena con el caballo de El Padrino.
Indirectamente también encontramos guiños al cine cuando encontramos la banda sonora de una película en un anuncio, transportando así al espectador a la magia de la misma. Es indiscutible la importancia de elegir de una melodía para un spot que apele a los recuerdos y emociones del espectador. Un buen ejemplo es el anuncio del Renault Megane GT, que utilizó la mítica canción de La Historia Interminable con una letra diferente y cómica. Fue un gran acierto y éxito utilizarla para un coche cuyo target eran jóvenes de alrededor de treinta años, ya que tanto la película como la canción formaban parte de los recuerdos de dicho público, niños durante los ’80, creando así un vínculo emocional.
Otros casos parecidos fueron la campaña de Navidad de 2007 de El Corte Inglés, que utilizó una versión de My Favourite Things de Sonrisas y Lágrimas o el spot de Seat Ibiza que mostraba una flash mob con el tema Grease Lightning de la mítica Grease.
Excepcionalmente encontramos campañas que utilizan una canción de una película de tal manera que se convierte en parte de la marca. El más evidente ejemplo de esto lo encontramos en los antiguos anuncios de la lotería de Navidad protagonizados por El Calvo, en los que el único audio presente era la canción Interior Student Cafe, una de las piezas de la banda sonora de Doctor Zhivago. La melodía quedó totalmente adherida a la lotería, a la Navidad y al personaje.
El cine gusta, e irremediablemente estos anuncios gustan por recordarnos las historias que nos engancharon y fascinaron en su momento; sin embargo, ¿hasta qué punto es original y creativo basarse en una película de éxito reconocido? Es indudable que se necesita talento para unir el mensaje que se quiere transmitir con una película o una banda sonora, pero también es verdad que la parte más difícil, llegar al espectador y conectar con él, está casi conseguida. ¿Se merecen por tanto tener el mismo reconocimiento una campaña de este tipo y otra con una idea y planteamiento 100% original? Soy consciente que a estas alturas el término «100% original» es más que cuestionable, pero opino que siempre deberíamos intentar apostar por lo nuevo y diferente rechazando imitaciones, aunque, siendo honestos, a mi también se me escapó una sonrisa cuando el pequeño Darth Vader creyó lograr encender el coche.
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